Conozco a Antoni Peyrí desde los años cincuenta. Nos encontrábamos en el estudio de Vlady, donde los tres solíamos dibujar con modelo. Eran tiempos adversos para los artistas emergentes que disentíamos del realismo social imperante. Recuerdo que había pocos, muy pocos espacios donde presentarnos. Entre ellos estaban las galerías Proteo y Antonio Souza, de cuyos “establos”, como se decía antes, llegamos a formar parte. Desde entonces cultivo su amistad y he seguido con interés su trayectoria, pese a seguir tendencias opuestas.
Él se identifica con la espléndida tradición del informalismo abstracto catalán mientras que yo me nutro de la neofiguración expresionista. Gracias mi excelente memoria puedo referir que su abuelo fue el primer presidente de la Generalitat de Catalunya y que llegó a México siendo muy joven desde su natal Barcelona, no sin antes probar los sinsabores del exilio en Francia. De las exposiciones colectivas que hemos compartido, evoco una memorable que hermanó a artistas catalanes y mexicanos, presentada a inicios de los noventas en Monterrey y en el Palau Robert de Barcelona. A sabiendas entonces de que el Museo José Luis Cuevas pronto se inauguraría, generosamente donó un magnífico cuadro para su colección. Me remito al catálogo alusivo advirtiendo que se compone de dos diminutas figuras, apenas perceptibles, que parecen transitar por un paisaje onírico suspendido en un negro abismo. Pintura ciertamente informalista, más no exenta de fatalismo romántico, como lo indica su título: “El instante antes del fin”. Por último, quiero manifestar que, en unión de Beatriz del Carmen, mi esposa, me congratulo de ser el anfitrión de este artista mexicano-catalán, no sin antes agregar que su doble vocación de pintor autodidacta y arquitecto de profesión me hace pensar en el “violín de Ingres”.
José Luis Cuevas
Pintor, México
...Peyrí no pinta como lo hace la aplastante mayoría de los otros pintores. Lucha con la pintura y descubre en ella (me imagino que como un hombre lo hace al convivir con una mujer) una serie de calidades, posibilidades, limitaciones o defectos, que le sirven para llegar a expresar su propia VERDAD…
Peyrí, por su refinada técnica, su limpio y sensible colorido, es uno de los pintores que colocan el arte mexicano al nivel internacional. Pertenece, al lado de José Luis Cuevas, Pedro Friedeberg, Gunther Gerzso, Rufino Tamayo, Vlady y uno que otro más, al grupo de los valores más firmes con que cuenta nuestro país. Lo inverosímil es que un artista de tan destacada sensibilidad pictórica también es arquitecto.
Ida Rodríguez Prampolini
1965
Escritora, historiadora, profesora de estética y crítica de arte, México
…Las palabras del gran poeta alemán Novalis, escritas al principio del siglo XIX, podrían darnos una clave de los valores esenciales de Peyrí: “Nadie podrá penetrar en la naturaleza si no posee el sentido de ella, el órgano interior para crearla; nadie que no reconozca y distinga espontáneamente la naturaleza en todas sus partes; que no se funda con todos los seres de la naturaleza, a través del sentimiento y con innata alegría creadora, en una plena y ferviente comunión con todas las cosas; que no encuentre el camino hacia ellas”.
Antoni Peyrí tiene este sentido de la naturaleza, tiene el órgano interior para crearla y tiene la innata alegría creativa. Gracias a su oficio magistral hace su mundo interior transparente para todos nosotros.
Gyorgy Kepes
Marzo 1974, exposición en Barcelona
Pintor, fotógrafo y teórico del arte
Director del Center of Advanced Visual Studies, MIT, EUA
“… Lo que tienen en común todos los cuadros expuestos es el lenguaje sutil de los colores, inconfundiblemente de Peyrí: la sensual melodía de los matices, la plenitud del canto cromático. En muchas obras, no en todas, hay tensión entre las áreas de color que son jubilosa afirmación de la vida y tonalidades sombrías, sombras de melancolía que evocan la condición trágica del hombre. Contra las tinieblas lucha la luz, una luz que es claridad desde dentro. Luz y color se despliegan en infinitas variaciones. Las bebió el ojo sediento de belleza del artista, las captó su sensibilidad pictórica en tantas horas de fervorosa entrega a la naturaleza, embrujado por ella, la gran hechicera”.
Mariana Frenk-Westheim
1981
Escritora y crítica de arte
Asesora cultural del Museo de Arte Moderno de México DF.
“…El hombre, por breves instantes, goza a través de ciertos instintos vitales el vago misterio hecho del azar efímero y de la entusiasta liberación hacia aquello que lo arrebata. Este mundo entrevisto constituye una visión fugaz de un vasto abismo hacia el cual nos sentimos vertiginosamente atraídos. Antoni Peyrí, que durante años ha estado espiando rendijas en esta enorme concavidad sombría y materna, parece ahora dispuesto a romper todas las amarras, para dejarse arrastrar hacia sus profundidades y para decirnos qué clase de sensaciones, de angustias, de inminencias y amenazas, pero también qué luminosidades e incandescencias, qué clase de ternura y amor puede aflorar en medio de los vendavales, del frío, del miedo, del olvido y de la soledad en el fondo mismo de la vida”.
Alexandre Cirici
Crítico de arte, escritor y político
“…Peyrí, arquitecto, no hace pintura de arquitectos, pero sus cuadros tienen un apoyo interno, una escultura oculta. Es un gran pintor abstracto informal. Su arte es la contrapartida del informalismo admirable de Tàpies, agresivo y violento, con el que se oponía a un régimen represivo. El informalismo de Peyrí es nostálgico, lírico y, al mismo tiempo, de dramática melancolía. Esta magnífica pintura abstracta está estrechamente vinculada a la naturaleza – árboles, hierbas, lagunas, agua que fluye, nubes que el viento arrastra hacia el infinito, hasta el “fin del tiempo”, como se llamaba una de sus series anteriores”.
Fernando Gamboa
Museógrafo y promotor cultural
Director del Museo de Arte Moderno
…De todos los artistas, considerados actualmente dentro de la generación formada en México, es decir, desde Messeguer hasta Rojo, Antoni Peyrí es el más lírico, el más poético de todos ellos.
El color es uno de los aspectos más importantes de la obra de Peyrí. No se trata del color mexicano, ni tampoco de la escuela catalana informalista. Es el color de Peyrí, que admira a Van Gogh, pero que no lo imita. No es el color de Van Gogh, pero tampoco son los colores de la naturaleza.
Los colores de Peyrí, como el cromatismo en la música, surge del alma, refleja y transmite los estados del alma.
La figura de Antoni Peyrí dentro del panorama del arte mexicano es muy particular: se le considera uno de los valores más sólidos dentro del arte abstracto y para algunos críticos es el mejor pintor abstracto que ha dado el país; por otra parte, su trabajo solitario y callado le ha dado un renombre que merece ser conocimiento de un público más amplio.
Montserrat Galí
1992
Historiadora del arte catalano-mexicano
Del libro de Artistas catalanes en México, siglos XIX y XX.
“…tu arte profundamente interno y perturbador”
“…En las pinturas de Peyrí el espacio no es casi nunca asunto de distancia, sino de profundidad a través de agua. La luz es luz de reflejos, una luz que las más de las veces emerge de las tinieblas. Negro y blanco son los dos extremos del infinito, y en estas obras es el negro o la última oscuridad lo que revela el significado de la luz”.
“Lo que no existe en su obra es una sola realidad final que podamos conocer a ciencia cierta; hay un mundo de realidades múltiples que sugieren en su vinculación un designio más grande que lo engloba todo, más semejante a una música en devenir constante que a cualquier forma variable”.
Robin Bond
Profesor de artes visuales
Escritor y crítico de arte. México
Extracto del Suplemento cultural “Novedades” del 28 de agosto de 1983
“…Peyrí cuenta para mí entre aquellos grandes artistas que, educados en Europa, han realizado en México algo que también para nosotros puede ser estímulo y realidad…
Peyrí introduce en el arte mexicano un lenguaje pictórico silencioso, cautelosos acercamientos y transformaciones, una gran sutileza y la representación de estados de ánimo, estados de ánimo no basados en la violencia sino en la meditación y la concentración”.
Dieter Ronte
1985
Ex director del museo de arte de Viena
Director actual del Kunst Museum de Bonn, Alemania
“Porque todo en la existencia, aún las ráfagas más luminosas, es desconcierto, sorpresa, oscuridad. Acaso sólo el arte, como una suerte instantánea de comprensión, detiene la imagen para que podamos guardarla en la memoria.
La bodega de Antoni Peyrí nos habla por ello mismo de muchas cosas y de nada. De nada como no sea referirse a los sueños y terrores de la humanidad, construidos desde el inicio de los tiempos. Su pintura es seductora y odiosa, estrujante y nada placentera; bella pero amedrentadora”.
Sergio Fernández
1986
Escritor y catedrático de filología de la Universidad Nacional Autónoma de México
La pintura de Antoni Peyrí se mueve en un territorio de misterio y confidencia que hace difícil su catalogación, si seguimos los cánones establecidos por la historia del arte y la crítica. Si es que matizamos los rasgos definitorios de suerte, encontramos referencias al surrealismo, un particular gusto por la extracción, un gesto formal vinculado al expresionismo e, incluso, aspectos de una cierta figuración fantástica. Sin embargo, en ninguna de estas grandes corrientes puede integrarse la amplitud y la diversidad temática, estilística de Antoni Peyrí.
Daniel Giralt Miracle
Crítico e historiador del arte
1994
Exposición retrospectiva en el Palau Robert, Barcelona